sábado, 4 de marzo de 2017

- Te veo triste.
- Será por que soy triste
- Últimamente mas.
- No hay un "últimamente mas".
- ¿Como es eso?.
- No se puede ser últimamente mas triste, se es triste o no.
- ¿Ser triste y estar triste será lo mismo?.
- Claramente no, ser triste se arrastra toda la vida y no se reduce a un momento de miseria asquerosa. Uno casi que aprende a amar su tristeza siendolo desde el principio.
- Entonces reformulo, Estas triste.
- Lo estoy, ser triste no siempre es fácil y a veces tengo momentos patéticos de miseria.
- No me parece patético estar triste, me parece... triste.
- Cuanta claridad.
- No sé como decirlo. Creo que no me gusta ver gente triste, me deprime.
- Cuando uno está triste no le da importancia a si les gusta a los demás su tristeza. Y cuando uno es triste, simplemente es, ¿que importan los demás?. No se puede dejar de ser por que otros lo sufran.
- Pero es inevitable preocuparse cuando otro esta triste.
- No te preocupas por mi, si no por tu propia condición cuando me ves triste.
- Bueno, pero decime, ¿Que te pasa?
- Me pasa la vida. Ya te dije, soy triste y tengo un patético momento de miseria en este preciso momento.
- ¿Y por qué?
- Por que el tren pasa todo el tiempo. Veo las vías, las tengo frente a mi, pero el tren sigue pasando sin que yo descubra como colgarme.
- Tal vez no estes esforzandote en encontrar la manera de colgarte.
- Tal vez no sea ese el tren del que tenga que colgarme, y deba tomar un auto. Pero el auto es aburrido, va rápido y es engañoso. Hay tanta belleza en viajar cómodo, que uno se olvida de a donde va.
- Esto del tren y el auto me marea, ¿Por que no hablamos en términos mas claros?
- Por que es aburrido. Y por que no tengo todo claro como para decirlo de un momento a otro. Hablando bien va a llegar un momento en que me vas a preguntar "¿Y que pasa que no te subis al tren?". Y no sé que responder. Las metáforas me hacen dar vueltas innecesarias y evitar las preguntas incómodas que no sé responder.
- Se me hace que no te interesa hablar.
- Nunca dije eso. Sólo dije que no tengo respuesta para todo. No puedo subirme al tren, y tampoco encuentro el camino para responder por que no puedo subirme al tren. ¿Comprendes a que voy?
- Tal vez.
- Tal vez no es suficiente. Vos querías que hable pero ahora no sabes que decir, por que te incomoda no saber que preguntarme y como preguntarmelo. La cosa se dió vuelta y ahora no sabes vos como avanzar.
- Creo que te entiendo lo suficiente. Es difícil entender algo que le sucede a otro. No se puede sentir jamás lo mismo que otro siente.
- ¿Que harías vos si el tren pasara por adelante tuyo?
- Supongo que haría lo posible por subirme.
- Lo posible nunca es suficiente. ¿Que harías si en ese tren viajara constantemente alguien que "necesitas" seguir? Pero tal vez ese tren no sea el correcto para tu persona. La persona que necesitas seguir, se subió ya sea por que era su vehículo, o por que sigue a alguien mas. O tal vez a algo mas.
- Te gustan las metáforas, ¿eh?. Ok, te sigo el juego. ¿Te satisface ese tren?
- ¿Como saberlo? No me he subido.
- ¿Pero te satisface la idea de tomartelo? Supongamos por un momento que esa persona no sigue a alguien mas, si no a "algo mas". ¿No crees que deberías buscar un algo mas que seguir?
- Diré en primer instancia que no he afirmado que hubiera alguien en mi tren, sólo lo he ejemplificado. Fuera de eso, ¿Por que necesariamente seguir algo o a alguien?.
- ¿A que si no? ¿Por que subirte al tren si no hay nada que te motive?
- Por que en el tren va mi vida, mi tristeza, mi felicidad. O eso quiero creer. En el tren voy yo, lo que soy y quiero ser.
- No me parece que "ser" vaya de la mano con "querer ser" simultáneamente.
- Van. Yo ya soy lo que quiero ser, pero tengo que redescubrirme. Como a las ideas. Pero no quiero desviarme.
- Bueno, supongamos que acepto. Si en el tren vas ya, ¿No será que estas arriba? ¿No será que no te gusta el tren y por ello sentis que no vas? ¿No será que el tren no te lleva realmente?
- ¿No será que no entendes nada? Es como dijiste ya, es difícil que comprendas algo que claramente no te sucede. Tu tren ya pasó y lo tomaste, y tal vez no sos feliz en él, pero te alegra habertelo tomado.
- ¿Y por que no te subis de una vez?
- Ah... la pregunta mágica, sabía que llegaría. Como ya he dicho, no tengo respuesta, y esta pregunta entonces termina esta conversación. Deberías de haber tenido cuidado de no usarla.
Pero puedo decir algo, quizás no muy claro, que debería de concluir esta conversación: Soy una liebre, escapandome. Pero no me escapo del cazador ni de la trampa, me escapo de mi propia velocidad. La liebre es como un tren, el tren es como mi vida. El tren va demasiado rápido y tal vez por ello no lo puedo tomar.
- No entiendo.
- Será por que nunca has huido.

2 comentarios:

  1. Como decia Goethe: ¡Siguete a ti mismo!
    Este texto es demasiado embrollado, demasiado metaforico, no termino de entender que es lo que dice y que es lo que oculta.
    La metafora del tren que pasa ya es engañosa y pone al sujeto en una situacion pasiva. No hay tal cosa como trenes. Cada uno es su propio tren, y siempre se va en alguna direccion. La inmovilidad es una ilusion, el tiempo pasa y todos avanzamos, eso es lo terrible. Lo que pasa es que mucha gente no sabe adonde va. Nietzsche decia que cada uno de nosotros es un barco, un velero, impulsado por un viento diferente. Es imposible subirte al tren o al barco de alguien mas, porque no podes subir un tren a otro tren o un barco a otro barco. Cuando parece que nos viajamos con otra persona es porque nos impulsa el mismo viento, o dos vientos que dan la ilusion de una meta compartida. Solo es posible la coincidencia, nunca el abordaje.
    Como dijo Confucio: "Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás"

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  2. ¡Todo un diálogo! En sí, el texto me gusta en parte por que te pusiste a escribir y publicar, y en parte por que suelen gustarme los diálogos. La única crítica constructiva es la de referenciar los hablantes, sea con el nombre, una inicial, colores, no sé. Quizás influencia teatral...

    En cuanto al argumento. Coincido son Sebas en cuanto al embrollo pero no en cuanto al tren como ejemplo. Si nos ponemos a criticar las metáforas no terminamos más, y yo me volví en un especialista en voltear y hacer mierda metáforas. Yo creo que el problema es que el personaje B, el triste, no sabe bien lo que quiere pero más que nada no quiere decir nada. Al final del texto termina reconociendo que está escapando. Entonces, toda la metáfora del tren que podría haber llevado a algo termina en nada. Podría haber empezado hablando del escape, o haber hecho la vuelta argumental de que "no quiere subirse a ningún tren". Ahí ponele, puede decir que le gusta elegir el camino, que prefiere los barcos, que el tren que quiere no existe o incluso que no funciona y debería de tomarse un colectivo lleno de gente hasta un pantano de Navarro...
    El tema de la tristeza parecía clave en el diálogo pero se desconecta, igual resultó un excelente enganche. Al menos a mi me gusto por que empieza criticando los protocolos sociales de conversación y confronta con la soberbia de vecino superado. Creo que es lo más solido y constante del texto, decirle al sujeto superado que está meando fuera del tarro y no entiende nada ni de su propia vida.

    Pero, volviendo a las metáforas, quedan en la nada, es como que se usaron al pedo. Mi sugerencia es un capítulo 2 que resuelva el tema del tren, tome el tema del escape y de paso también la moralina de solidaridad con la tristeza ajena para salvaguardar la felicidad de cartón propia.

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