Escribir poesía es como pintar el paisaje que no está, el que ven tus ojos, que es el mismo que ven los míos pero con otro espíritu. La poesía es algo que no me gusta, tal vez porque no son mis ojos ni mi espíritu los que ven, ni mi mano la que escribe; tal vez porque sea una progresiva caída al abismo. Al principio puede parecer hermosa, porque uno está realmente viendo con ojos que otro no tiene, haciéndose imágenes que otro no puede hacerse; pero conforme va uno entrando en ese mundo de estructuras y metáforas duras, las imágenes son cada vez más creadas adrede para el propósito mismo de "hacer poesía", y ya no "hacer poesía porque las imágenes existen". Entonces todo se vuelve falso, se vuelve excesivo, e insoportable. Como cuando el amor que se recibe es tan intenso que uno no sabe como tomarlo o como devolverlo. Pero el amor, desmesurado, intenso, insoportablemente enérgico, sigue teniendo una belleza que nada mas tiene; mas no la poesía, que se pierde en rimas y palabras, en lo exagerado en pos de una belleza que no es natural.
Entonces, a la poesía me cuesta tolerarla, me cuesta tomarla objetivamente puesto que son mis ojos los que la leen y que no pueden sentirla. Pero el amor no, el amor entra por donde quiere y a la hora en la que quiere; inevitable e intenso, el amor se manifiesta aunque uno no lo busque, y corroe todas las barreras. Sin embargo hay una barrera que le cuesta, una que es dura aunque no indestructible, una que se sostiene por lo que somos y lo que nos enseñaron a ser: la inescrutable barrera de la moral. Y esa barrera no es sólo una barrera para el amor, porque el amor no es lo único que nos enseñaron a limitar.
Sentir deseo por algo que está moralmente condenado, es como renunciar a ello. Uno quiere, uno ama, uno desea, en contra de toda enseñanza y aprobación, y ve el error en ello. Pero, ¿cual es el error? ¿desear algo moralmente penado, o dejar de desearlo por la visión que tienen otros de ello?. Y de todas las cosas moralmente sancionadas, ¿Cuál es posible cambiar sin transformarse en un monstruo para la sociedad y para aquellos a los que uno siente que le debe un mínimo de respeto? ¿Por qué esto está mal y esto está bien?. Tal vez sea mas fácil enfrentar al monstruo que la sociedad nos designa, que erradicar de nuestro organismo la culpa de faltar al deber moral.
Entonces uno evita todo aquello que ve erróneo, y sufre por no tenerlo; o se arriesga para tenerlo todo, y sufre por ser un monstruo social. Si se tiene un hijo no deseado, se sufre por abandonar otra vida; si se tiene un aborto, se sufre porque la sociedad lo enfrenta y condena. Si se ama a una persona, se sufre por no poder amar a varias; si se ama a varias, se sufre por hacer desdichado al que elige ser convencional.
¿Cuál es la posición correcta, si todas se sienten equivocadas y abrumadoras?
¿Es acaso esta la poesía de mi vida? ¿La que vos no entendés, la que yo veo, o las que mi imaginación plantea?. Cómo saber si realmente quiero romper el código moral de la vida, o si esto es sólo poesía... una poesía que responde a una rima, a una necesidad de escribir, que responde a la forma que debería respetar según la sociedad.
Escribir poesía, es como ser egoísta. Es observar para adentro, es mantenerse en el límite y no atreverse a cruzar. Evitar el deber moral de ser como la sociedad nos exige, es tambien como ser egoísta y es como estar a favor de una mayor felicidad propia, pero cruzando el límite de lo seguro y convencional.
Y así, sigo sin comprender, ¿Que tipo de poesía es mi vida? ¿Es este caos una poesía? ¿Es este caos mi vida?.
Punto a favor por una nueva publicación... ¡Ya pensé que este blog estaba fosilizado!
ResponderEliminarEhm... Me voy a centrar en algunas críticas y opiniones y no en un análisis de todo el texto.
La poesía es arte, es expreción, es catársis, creación y también musicalidad. Sin musicalidad no hay poesía. Creo que es la principal diferencia con cualquier texto, la poesía tiene que ser pensada y escrita para poder ser recitada con musicalidad. No es necesario que tenga rima, aunque hay un ejército de convencionalistas que van a sostener que sin rima no hay poesía, y que tiene que ser de tantos versos, sílabas, y alternaciones...
Yo creo que la cagada está en la moda y no en la poesía. Cuando se pone de moda la poesía, o una forma en particular de poesía, ahí se banaliza, che! Pienso lo mismo de todas las artes. Se convierte en una farsa, en una publicidad y o en un producto.
Otro error está en asociar inmediatamente la poesía con rimas amorosas y empalagosas para transarse a una minita. Eso no es poesía, eso es chamuya más elaborado y ya. O no, a lo mejor puede ser poesía, pero va a depender de que sea un poeta y no un baboso el que la cree y recite...
Tendremos eternos debates sobre "lo natural" seguramente. Por que hablaste de la belleza natural, que no me queda nunca claro que coño es. Para mi la única belleza natural es el placer visceral. Sino, la belleza es subjetiva, es una apreciación. A menos que hables de la atracción por algo pero no creo. Por que vos me vas a venir con eso de las ideas puras o algo así. No existe realmente la belleza, es un fenómeno psicosocial. (no por eso menos valioso)
Este punto, el de lo natural, es clave. Por que tu crítica (negativa) a la poesía suele ser por que no es natural, o por que es una "copia", o algo construído con rigidez. En cuanto a lo último, agarrá cualquier canción con letra, es poesía, che! ¿Construcción? La poesía es tan construída como lo es la cultura en general. Y el arte, claro. A lo mejor el problema surge de sostener que la poesía sea algo que no es... Pero generalmente el poeta no quiere que la poesía sea lo real, suele ser una exaltación, una degradación, o algún otro tipo de alegoría. Y ahí hay algo interesante. Por que muchas veces la poesía alegórica puede tener dos fines, uno el de asociar algo con otro algo para agregarle o alterar su valor. Otro fin suele ser el de expresar lo que es difícil explicar literalmente. Las alegorías construyen una sensación. Por que la expresión literal de las emociones no es posible, y decirlas tampoco, la poesía suele buscar provocar emociones. Para ello se vale de alegorías, asumiendo que las asociaciones irán construyendo también en la imaginación del receptor un contexto que le inspire determinada emoción. Y entonces, si el emisor (el poeta) tiene una forma de pensar y expresarse muy diferente al receptor, muy probablemente la poesía no tenga efecto.
Bue, que sé yo... Puchi seguro comentaría algo más ordenado y con un par de citas interesantes.
De cualquier modo, fijate, yo tengo un blog, muchas publicaciones, son menos y más cortas que las de Puchi, rescatate.