La casa de Karen no era precisamente "un hogar". Quizas por ello es que pasaba la mayor parte del tiempo leyendo sus revistas en su balconcito empedrado, el unico lugar que le brindaba algo de calor natural en ese infeliz departamento. Cada vez que pensaba en ese pedazo de tierra, lo pensaba en vistas a una posesión futura, con la conviccion de que lo recibiría antes que su hermano, por ser precisamente la mayor. Pero el pensar de esta manera implicaba ver a sus padres muertos, y aunque sabia que pasaria tarde o temprano, era hipcrita. Se decia a si misma que era cruel al pensar en ello. Pero en seguida comenzaba a imaginar la remodelacion de la cocina o la ampliación del ambiente de su balconcito, como si su conciencia moral hubiese sido solo un muro de telgopor, que tenia que aparecer para salvar su imagen ante si misma.
El timbre de la casa sono pacifica y delicadamente, como si lo hubiesen rozado por un segundo. Supo quien era, solo una persona era conciente del mal funcionamiento del aparato. Era demasiado temprano, siquiera habia tenido tiempo de leer unas cuantas paginas, olvidando por completo cambiarse de ropa. Tocando el botoncito negro, abrio la puerta de abajo. Esperaria a que subiera las ruinosas escaleras para atenderlo, y mientras tanto se calzaria las viejas botas negras y altas, que tan bien lucia.
La puerta se abrio y con una sonrisa recibio al ente extraño que se le presentaba. Parecia que habia subido muy lentamente la escalera que iba a ese piso. Cualquiera que no lo conociese pensaria que su expresion reflejaba sufrimiento, maltratos previos, y se preocuparia casi exageradamente por su salud. Pero el no se inmutaba, parecia que nada lo afectaba, ni siquiera las lentas escaleras que habia tenido que subir para encontrar a su amiga, en la puerta, y aun no lista para salir a la calle.
- Es que... estaba leyendo. No se porque venis siempre apresurado. Sabes que me demoro en prepararme. Decime algo.
- No me estaba quejando. Te espero, ya venia sabiendo que debia esperarte, asi que no me afecta.
Con una mirada de desconfianza, ella se abalanzo a su habitacion, vociferando algo confuso, que debilmente le indicaba se acercase y cierre la puerta. La misma oscura casa de siempre, lo atrapaba y lo dejaba en suspensión. Era un hogar nada confortable, mas que nada porque muchas de las cosas que habia alli, y que estaban en un completo desuso y abandono, ocupaban grandes espacios, y uno debia esquivarlos para pasar. Era un reflejo de la chica que alli vivia, y de su familia, que casualmente casi siempre estaba ausente cuando el llegaba. Claramente con una de las grandes ventanas abierta, podria haber sido realmente acogedora, pero sin embargo se asemejaba a las antiguas casas, que durante un tiempo y hasta la siguiente mudanza, se mantenian cubiertas por un manto de polvo y olvido, con leves rayos de luz entrando por rincones deteriorados y ventanales mal cubiertos, muebles siendo invadidos por las ratas, arañas y los vagabundos. Esta casa mostraba un mismo destello, puesto que muchos de los objetos se encontraban igualmente cubiertos y polvorientos. Al parecer uno de los habitantes, era un comprador compulsivo o un coleccionista sin sentido, pero todos afirmaban ante la mirada confundida de Lied, que todo se usaba y era util, aunque no constantemente, y que no tenia porque ser asi de igual modo.
- Claro, es mas facil justificarse que asimilar la realidad- Dijo Lied sentandose en el sillon cama.
- ¿Como?- se escuchó a Karen gritar desde la habitacion. En seguida se acercó a la sala, con una mochila azul, un par de gruesas revistas, y 3 pares de botas. Parecia estar confundida no pudiendo decidir que calzar. - ¿Estuvo bien tu viaje? ¿Que hiciste todas esas horas en el micro? Se lo pesado que es, estuve casi 20 horas en uno, por suerte habia llevado los auriculares, no se que hubiese hecho con toda esa gente sentada a mi alrededor y yo ahi, sola.
-Sola y acompañada. ¿Acaso no se te ocurre que eso es contradictorio?. No se... ¿quizas hubieses podido charlar?. Es algo muy comun en los viajes.
-No los conocia, digo que estaba sola en el sentido en que no podia entablar conversaciones que me interesasen, porque estaba rodeada de extraños.
-Estas constantemente rodeada de extraños. Yo era un extraño antes de que me conocieses bien. No entiendo como una persona que no habla con extraños, habló conmigo, que era un extraño, y que de hecho, casi no hablaba. En cuanto a lo que hice en mi viaje, fue, bueno, algo simple. Imaginar señales. Detectar simbolos que a uno se le aparecen, no porque si, si no porque ahi deben estar. En cualquier momento, simplemente porque uno pasa, como si el camino estuviese esperandolo a uno. Tengo la teoria de que existen los simbolos individuales o particulares, y algunos generales. Pero, por el modo en que los humanos nos involucramos, los simbolos generales son creados por nosotros mismos, por nuestra situacion general. No siempre son simbolos de vida estos ultimos. Son como esos pequeños, sutiles, pero muy fuertes, dolorosos e incomodos golpecitos en el dedo del pie, cuando uno va medio dormido a alguna parte de la casa. Te enojan, pero te despiertan, porque algunas partes de nosotros son mas sensibles que otras. Quizas el miedo a golpearse nos hace despertar sensibilidad, pero el golpearse mismo es un gran toque a nuestra intelectualidad, es otro asunto, es lo que despierta a los simbolos. Son golpecitos molestos, pero te despiertan... te hacen darte cuenta de que te despertaste, ¿Entendes?. El problema es despreocuparse de eso, dejar de sentirlo y decir "me vuelvo a dormir", o ni siquiera sentirlo por haberse acostumbrando perdiendo la sensibilidad.- Su brazo se extendia como intentando demostrar lo abarcativo de su argumento, y mirando con fervor a su amiga, suplicandole que entendiese o que se esforzase en captarlo si quiera. De repente su mirada se perdió dentro de sus propias palabras...
- ¿Otra vez con tu filosofia vos? - Karen se preocupaba por mantener parejo el color de las uñas de sus pequeños pies, mientras Lied hablaba.
- Si, eso es definitivamente lo peor - Afirmó Lied sin prestarle atencion, levantando la vista que casi asomaba a la desesperación, a la ansiedad, mirando al vacio de la oscura habitacion con esos profundos ojos, semejantes al mas tenebroso de los pozos - Caminar con sonambulos, obstaculos que ya no perciben señales aunque les grites sus significados a 10 centimetros de la cara. Porque, sabes, ellos interrumpen tu vision y tu atencion de tus propias señales. Las tapan casi a proposito, cuando uno esta tan acostumbrado y demasiado involucrado mirandolas. Se tragan todo, son insectos revoloteando la misma luz - Se observaba las manos como si estuviese guardando una verdad universal dentro de ellas. De un momento a otro su rostro habia adquirido un tono ensoñador, mistico, extraviado - No se esquivarlos, sabes, pero si puedo no detenerme a escucharlos. Cuesta, pero es posible. No es nada malo, si no podes evitar algo, intentas aplastarlos, y mas cuando son bichitos, insectos que tapan tu luz, que te quieren hacer dormir. Parece que compitieramos por brillar. Pero, a mi realmente no me interesa brillar, Karen, a mi me interesa apagarlos. Opacar su brillo con su propia oscuridad.
Lo detuvieron los apresurados pasos de Karen, que daba vueltas por la habitacion, esforzandose por rescatar todo segundo de posible perdida. Al percibir un repentino silencio, se dio vuelta y lo miro un muy pequeño instante, para luego volver a su incasable busqueda.
- Acordate que me prometiste ir al cine hoy.
- Si, te lo prometi... - Una pizca, ensuciarse las manos solo un poco mas, las metaforas podian ser realidad en cualquier momento - Espero que esta vez no me hagas quedar toda la pelicula si no me gusta el ambiente, yo te espero afuera pero...
- Estamos retrasadisimos - Interrumpio la voz chillona de su amiga - Cada vez salimos mas tarde. Vamos a terminar saliendo a las 8 de la noche uno de estos dias.
Era dificil imaginarse si Karen habia escuchado siquiera un minuto. Ella siempre tan ocupada quitandole las asperezas a la superficie de las cosas, tenia una poco agradable, pero hermosa, egocentria. Lied la conocia lo suficiente, sabia que era tan engañosa como alegre. Daba todo por conseguir algo de la gente que queria, pero tambien golpeaba fuerte, con hirientes argumentos, si no conseguia lo que queria.
Era una niña caprichosa que encantaba en cierto modo, con su aire rebelde y oscuro, reflejado en mayor medida, en su vestimenta. Y es que uno se dejaba engañar por algo que parecia un aire bohemio a simple vista, y que terminaba por ser sólo un producto de la confusión que generaba.
Sin embargo, Lied se habia transformado en su amigo, ya que en ella, a pesar de su egocentrismo, podia sentirse debil aunque claramente, su sentimiento amistoso, su cariño. De cualquier modo, resultaba evidente, ella seguiria huellas en cuanto encontrara unas que pudiesen reflejar la satisfacción de sus eternos y promiscuas necesidades.
La calle estaba lo suficientemente soportable para recorrerla unos 30 minutos. El rayo del sol amenazaba con pegarse a uno y derretir su buen humor, hasta reducirlo al incontenible deseo de un aire acondicionado tamaño gigante.
- Deberíamos volver a nuestra rutina de pasear por los bosques. Te veo tan poco natural, Lied, quizás si dejaras que tu mente se despeje. Vivís razonando todo, colgado en meditaciones, o no hablando... no respiras simplemente, si no que racionalizas hasta tu respiración Perdes tiempo valioso. Yo te acompañaría a donde quisieses si tan solo lo dijeras.
- Mentira - Pensó Lied - Buscarías la manera en que todo se desvie a un tramo en donde puedas manejar y ordenar la situación. Ya lo has hecho. - ¿No podemos simplemente charlar? ¿Porque todo debería ser tan fácil?. Vivir no lo es, pensar la vida tampoco. Solo imaginarmela utopicamente, idealizarla, idealizarme a mi. Nada es fácil, Karen, entenderte tampoco lo es, y sin embargo hago esfuerzos supremos, no me dejo caer en el sillón pensando "Que buen sol, vamos a leer unas cuantas revistitas que me hablen de la vida de otros mientras la mia se desmorona y se cae sobre mis manos totalmente desnudas de sudor y lagrimas". La tristeza, la muerte, la pena, si tienen sentido. Lo que no tiene sentido es quejarme, callarme la boca para personas a las que no les interesa lo que les digo. Porque, ¿De que manera podrían saber si les interesa, si ni siquiera me tomo el trabajo de hablarles y decirselo?. Callarse, reir de los demas, no escuchar a otro porque no parecen dementes, eso es cobarde. Los que ahora parecen dementes, mañana seran montones y pareceran cuerdos. Todo sigue la lógica del montón. Si sos parte del mónton, sos lo mas cuerdo y lo mas acertado. Yo no soy parte de tu montón, Karen, y no pretendo serlo ni pretendo que seas del mio. No es que vaya a correr para el otro lado porque me resulta rebelde y caprichoso. Corro para el otro lado para que la gente note que hay un "otro lado". Esa despreciación del Otro, la diferenciación marcada que haces vos, como hacían los españoles y los conquistadores de distintas épocas cuando fueron a colonizar, o mas bien a ejecutar, degollar, asesinar, e incluso desmaterializar.. Si, no me mires así, esos que fueron a destruir a las sociedades porque las llamaban "Salvajes", "Incivilizados" o como se te de la gana decirles. Esas espantosas diferenciaciones, como te decía, son dignos de un idiota que solo ve el lado derecho, el determinado, el que marcan las leyes hechas por unos pocos para "unos demasiados", que piensan e imaginan que tienen poder sobre ellas y su ejecución, y terminan sufriendolas. Bien por vos si te gusta, marca el pasito, marcalo bien para que te lo sigan. Yo voy a demostrar que hay un otro lado, y que hay una "otra oportunidad" u "otra posibilidad". Infinidad de posibilidades, como la posibilidad de que ahora te pueda mandar a la mierda e irme a mi casa.
La luz del sol no dejaba, cada vez mas, abarcar grandes distancias con la visión. El vidrio del transporte, de alguna manera, se las arreglaba para mezclarse con su luminosidad y formar a lo lejos figuras, figuras que con tan solo un poco de talento e imaginación, podían moverse y hablarle a uno. Estatuas que revivian, o quizas pedazos de chatarra de camiones. Pero por desgracia, luchaban por desaparecer cuanto mas se acercaba el odioso colectivo a ellas.
La mirada de Karen se había perdido en las palabras de Lied, y el observandola, en completo silencio, comprobó que por primera y quizás única vez, había sido escuchado por su amiga.
- Lo ves, es necesario que hablemos. No hay otra manera en la que otros puedan escucharnos. Lo que menos deberías hacer ahora, es victimizarte y ofenderte, pensando que te dije idiota. No te dije idiota, te dije que podrías escucharme y quizás no debería estar "filosofando" como decis vos, por momentos y aburrirte.
- No me aburris, me cansa porque siento que no te entiendo. No soy idiota, no te confundas.
- Ahi esta, eterna victima.
- Yo también sé, veo. Yo también puedo ser lo que sos, una eterna disconforme. Puedo gritar y molestar, puedo joder a medio mundo con mis razonamientos, puedo decirte que no existe nada, que existe todo, que la nada es el todo y el todo es la nada. Puedo decirte y enseñarte infinitas cosas, darme a conocer como una innovadora, o como una piedra en el camino. Pero la vida no puede transcurrir en una eterna discusión acerca de quien es mejor o si hay una derecha o una izquierda.
- Una derecha Y una izquierda...
- Da igual. Yo quiero ser feliz, obtener mas y mas, tener amigos normales y algunos anormales como vos. Quiero que me cuentes tus secretos y yo los míos, quiero que hablemos de cosas sin sentido, de música o de lo que vemos en mis revistas. Eso es una persona normal, una persona que quiere vivir, sea como sea, sea donde sea, y sea para lo que sea.
- No. Eso es una persona que quiere vivir con los ojos tapados. La búsqueda de la felicidad continua te ciega. No sos ni podes ser feliz a cada instante y por cada día de tu vida. No vas a encontrar a las personas indicadas donde vayas, ni vas a cruzarte con conejitos saltarines o con gente que te diga lo hermosa que sos. Vas a cruzarte con los malos, porque esta poblado de ellos. Los malos como yo, que te hablan, o los malos como los que te matan por $2. A esos, los podes esquivar siempre que quieras, pero te van a terminar matando si seguis chocandotelos, y vas a morirte sin saber porque moriste. Chocate conmigo o con algunos otros, y vas a morir sabiendo porque estuviste viva hasta el momento, hasta tu ultimo suspiro. No busques solo la felicidad, busca el motivo de porque debes o quieres ser feliz y no morir al principio de tu vida.
Soldados formándose a través de las ventanas, soldados avanzando, buscando a Karen para matarla. Soldados que buscan recuperar vida en la mente inconciente de otros. Soldados subiendo al colectivo, queriendo avanzar entre la gente. Perros gigantes que los siguen, que parecen querer tirar el transporte abajo con sus gruñidos, con sus ojos de aguila, finos, difuminados entre la espesura que el calor que entraba producia.
- Si tan solo fueras mas...
- Soy esto, soy ahora, o quizas no lo soy. Que importa, no me voy, no te mando a la mierda ahora. Te miro, te hablo. Vamos, tenemos que bajarnos. Vamos antes de que nos ataquen.
...